Una investigación independiente de las Naciones Unidas concluyó, por primera vez, que Israel ha cometido genocidio contra la población palestina en Gaza. Según el informe, también se responsabiliza a altos dirigentes israelíes de incitar públicamente al genocidio. La Comisión de Investigación Internacional Independiente sobre el Territorio Palestino Ocupado, creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH), calificó su conclusión como “la más autorizada de la ONU hasta la fecha” sobre el conflicto.

El informe, de 72 páginas, fue publicado este martes y documenta cuatro actos de genocidio cometidos por Israel desde el 7 de octubre de 2023. Entre ellos se incluyen: la matanza directa de palestinos en Gaza, la causación deliberada de sufrimiento físico y mental, la imposición de condiciones de vida que podrían llevar a su destrucción física total o parcial, y la implementación de medidas destinadas a impedir nacimientos dentro del grupo.

Desde esa fecha, según el Ministerio de Salud de Gaza, alrededor de 65.000 palestinos han muerto en el enclave, la mayoría mujeres y niños. La cifra no distingue entre civiles y combatientes.

Israel ha rechazado categóricamente las acusaciones, alegando que su campaña militar en Gaza es en defensa propia y se ajusta al derecho internacional. En un comunicado emitido este martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí calificó el informe como “falso y distorsionado”, acusando a la comisión de basar sus hallazgos en información de Hamas. Además, pidió la disolución inmediata del órgano investigador.

Israel ha acusado durante años al CDH de la ONU de mantener un sesgo sistemáticamente antiisraelí, una crítica respaldada por la administración Trump, que retiró a Estados Unidos del Consejo en 2018.

Pese a la defensa israelí, las denuncias internacionales sobre crímenes de genocidio van en aumento. En Estados Unidos, los senadores Chris Van Hollen y Jeff Merkley denunciaron recientemente que el gobierno de Netanyahu estaría implementando un plan para “limpiar étnicamente” Gaza, afirmando que EE. UU. corre el riesgo de convertirse en cómplice.

También la Asociación Internacional de Estudiosos del Genocidio, el organismo académico más importante en su área, se sumó a las acusaciones al afirmar que Israel está cometiendo genocidio en Gaza. Grupos israelíes de derechos humanos han emitido declaraciones similares.

El informe detalla múltiples ataques contra civiles palestinos, incluidos periodistas, personal médico y trabajadores humanitarios. Documenta muertes ocurridas en viviendas, hospitales, escuelas y lugares de culto, incluso dentro de las zonas designadas como “seguras”.

Uno de los casos más notorios citados es el de Hind Rajab, una niña de cinco años asesinada en enero de 2024 junto a varios miembros de su familia. Según la comisión, las fuerzas israelíes sabían que había civiles en la zona, incluso niños ondeando banderas blancas, pero aun así abrieron fuego. El informe afirma que incluso bebés recibieron disparos en la cabeza por parte de francotiradores.

Asimismo, el uso deliberado de municiones de amplio impacto en zonas densamente pobladas fue criticado por la comisión, que sostiene que las víctimas fueron atacadas colectivamente por su identidad palestina, y no por su implicación en el conflicto.

Israel ha argumentado reiteradamente que Hamas utiliza a la población civil como escudos humanos, ocultando infraestructura militar en zonas residenciales. Hamas, por su parte, ha negado estas acusaciones.

El informe de la ONU se publica mientras las fuerzas israelíes intensifican su ofensiva terrestre sobre la ciudad de Gaza, a pesar de la creciente condena internacional. El primer ministro Netanyahu reconoció esta presión este lunes, admitiendo que Israel enfrenta una situación de aislamiento que podría extenderse durante años.

La comisión responsable del informe —creada en 2021 y presidida por Navi Pillay, ex Alta Comisionada para los Derechos Humanos y jueza de tribunales internacionales— anunció su disolución en julio de 2025, tras la renuncia de sus integrantes. Pillay atribuyó su salida a razones de salud y compromisos personales.