Pequeños grupos de soldados rusos han logrado infiltrarse en partes de las defensas ucranianas en la región oriental de Donetsk, según informaron funcionarios locales y grupos de monitoreo este martes. El avance se produce en medio de intensos combates cerca de la ciudad estratégica de Pokrovsk, y a solo días de la esperada cumbre entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump.
El grupo ucraniano de monitoreo DeepState reportó que las fuerzas rusas están avanzando hacia Dobropillia, a unos 20 kilómetros al norte de Pokrovsk, un objetivo de alto valor estratégico que Moscú busca rodear desde hace meses. El Estado Mayor General de Ucrania confirmó la presencia de más de 110.000 soldados rusos en la dirección de Pokrovsk, describiendo los combates como «intensos» y señalando que se están asignando refuerzos para fortalecer las defensas en la zona.
Funcionarios ucranianos reconocieron que algunas posiciones cercanas a Dobropillia habían sido vulneradas por pequeños grupos rusos, aunque insistieron en que no se ha producido una toma territorial significativa. Sin embargo, la situación en el terreno es cada vez más precaria, con reportes de una línea del frente fragmentada y escasamente defendida.
“El enemigo está usando la táctica de ‘mil cortes’”, explicó Valentin Manko, comandante de las Fuerzas de Asalto de Ucrania, refiriéndose a los ataques con pequeños grupos que buscan infiltrar y desgastar gradualmente las defensas. Algunos de estos grupos han sido eliminados o capturados tras infligir daños, según fuentes militares ucranianas.
El teniente coronel Bohdan Krotevych, de la 12ª brigada Azov, emitió una inusual advertencia pública al presidente Volodímir Zelensky, alertando sobre el deterioro de las defensas en la zona. “La línea del frente es prácticamente inexistente”, afirmó en una publicación en X (antes Twitter).
Informes desde el terreno describen una situación en la que las defensas ucranianas están compuestas por pequeños puestos avanzados, abastecidos principalmente por drones y con escasa presencia de personal. Esto da ventaja a la estrategia rusa, basada en el uso de numerosos grupos pequeños que buscan penetrar sin ser detectados.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, calificó de «prematuro» afirmar que Rusia haya logrado una ruptura operacional, aunque advirtió que las fuerzas rusas intentan convertir sus avances tácticos en un quiebre más amplio. La táctica recuerda a la ofensiva que culminó con la captura de Avdiivka en abril de 2024.
En el contexto diplomático, el momento del avance coincide con la cercanía de la cumbre entre Putin y Trump, programada para el viernes en Alaska. Según analistas, Rusia podría estar buscando consolidar logros en el campo de batalla para fortalecer su posición en la mesa de negociaciones. A pesar de la confusión sobre las condiciones exigidas por Putin para un posible alto el fuego, informes apuntan a que demandará la retirada ucraniana de todo el territorio de Donetsk aún bajo control de Kyiv.
Mientras tanto, voces como la del bloguero militar ucraniano Bohdan Miroshnikov advierten que la situación en Pokrovsk se encamina hacia un punto crítico. “Aún no se ha alcanzado el punto de no retorno, pero todo avanza en esa dirección”, escribió.