Kyiv fue atacada durante la noche por fuerzas rusas en lo que se considera el segundo mayor bombardeo aéreo desde el comienzo de la invasión a gran escala. Según las autoridades locales, al menos 19 personas perdieron la vida, entre ellas cuatro menores de edad.
Entre los inmuebles dañados se encuentran instalaciones de la Unión Europea y del British Council, lo que provocó que tanto la UE como el Reino Unido llamaran a consultas a los principales diplomáticos rusos en sus respectivos países.
Tymur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la capital ucraniana, confirmó la muerte de los cuatro niños durante los ataques.
La Fuerza Aérea de Ucrania reportó que durante la noche Rusia lanzó un total de 629 armas aéreas contra el país, incluyendo 598 drones y 31 misiles. Yuriy Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea, calificó el bombardeo como “uno de los ataques combinados más grandes” hasta la fecha.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso declaró que el objetivo fueron “instalaciones del complejo militar-industrial y bases aéreas en Ucrania”, utilizando “armamento de alta precisión”. A pesar de esto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que Rusia sigue abierta a negociaciones de paz, aunque recalcó que la “operación militar especial” continúa.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, condenó el ataque, calificándolo como un “asesinato brutal y deliberado de civiles” en un mensaje publicado en X. En otra publicación, señaló que estos bombardeos son una respuesta directa de Moscú hacia quienes, a nivel internacional, han abogado por un alto el fuego y el diálogo diplomático.
Equipos de emergencia fueron desplegados en múltiples puntos de Kyiv, incluyendo el edificio de la misión de la UE, activa en la ciudad desde 1993.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó su indignación ante lo ocurrido, calificando el ataque como un “oscuro recordatorio de lo que está en juego”. Dijo haber conversado con Zelensky y con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, subrayando que el presidente ruso, Vladimir Putin, “debe sentarse a la mesa de negociación”.
La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, anunció que la Unión Europea llamará al embajador ruso en Bruselas como medida diplomática ante los bombardeos.
En el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer informó que un edificio del British Council en Kyiv también fue alcanzado, acusando a Putin de “asesinar a civiles y destruir las esperanzas de una solución pacífica”.
El secretario británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, confirmó que el embajador ruso fue convocado en Londres y exigió el fin inmediato de la violencia.
Finalmente, el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha, acusó a Rusia de atacar objetivos diplomáticos, lo que violaría directamente la Convención de Viena, e hizo un llamado a la comunidad internacional para que condene firmemente estos actos.
Desde Estados Unidos, Keith Kellogg, enviado especial de la Casa Blanca para Ucrania, también condenó los bombardeos y advirtió que estas agresiones “van en contra de los esfuerzos de paz que promueve Trump”.