Nepal atraviesa una crisis política inédita. Tras semanas de protestas juveniles contra la censura digital, que dejaron 51 muertos y más de 1.300 heridos, el país nombró a Sushila Karki como primera ministra interina, la primera mujer en ocupar el cargo.
El proceso se gestó en un ámbito inesperado: un servidor de Discord, donde más de 100.000 ciudadanos debatieron y consensuaron un nombre. Finalmente, la expresidenta del Tribunal Supremo, reconocida por su perfil anticorrupción, fue propuesta ante el Ejército y luego juramentada por el presidente Ramchandra Paudel.
El nombramiento refleja tanto la fragilidad institucional como la fuerza de la presión social y digital. Mientras el Parlamento fue incendiado y el gobierno de K.P. Sharma Oli colapsaba, la Generación Z utilizó la tecnología que el propio Ejecutivo intentó prohibir para forzar un cambio histórico.
En un país con una democracia marcada por la inestabilidad desde la abolición de la monarquía en 2008, el ascenso de Karki es visto como un laboratorio político: muestra cómo la participación digital puede alterar los mecanismos tradicionales del poder.
De cara a las elecciones previstas para marzo de 2026, Nepal será observado como un caso testigo sobre el futuro de la democracia en la era digital.